Una nueva era empieza para las luminarias LED: comodidad visual y máximo rendimiento lumínico
PAMPLONA —25/05/2016— ¿Cómo puede una luminaria LED conservar su intensidad lumínica y a la vez suprimir el deslumbramiento? Esta pregunta condensa un desafío que lleva resistiéndosele a la industria desde que la tecnología de diodos emisores de luz irrumpió en el sector del alumbrado público. ATP, finalmente, ha dado con la respuesta a través de un esfuerzo de I+D+i: el revolucionario Difusor Confort®.
Creado a partir del polímero de formulación exclusiva T5 y diseñado específicamente para mitigar el deslumbramiento producido por el LED manteniendo el máximo rendimiento de la luminaria, este difusor único está llamado a inaugurar una nueva era en el mundo del alumbrado exterior de última generación. De una vez por todas, las conquistas del LED en cuanto a ahorro energético y calidad lumínica serán compatibles con la comodidad visual: los bulevares, vías y parques podrán lucir una reproducción cromática exquisita y un aspecto limpio y despejado sin que los peatones sufran deslumbramiento alguno.
Esta innovación constituye un gran paso en el desarrollo de una iluminación eficiente, ahorrativa y respetuosa con el medio ambiente, ya que suprime el principal problema de la tecnología LED y la acomoda a las condiciones biológicas del ser humano. Para redondear el resultado, además, el Difusor Confort suaviza las sombras producidas por los ornamentos de la luminaria, lo que favorece la uniformidad del alumbrado y mejora el aspecto global del entorno.
El deslumbramiento causado por el LED: a un gran problema, una gran solución
Si bien las luminarias LED presentan virtudes de sobra conocidas que han determinado su progresiva implantación –larga vida útil, bajo consumo de energía, control absoluto sobre la dirección del haz, resistencia a las vibraciones, tiempo de encendido inferior a un milisegundo, ausencia de parpadeo, entre otras–, la práctica ha puesto de manifiesto un inconveniente que hasta ahora ha permanecido sin solución: los transeúntes se quejan de que el LED deslumbra y resulta molesto a la vista.
Esto se intensifica especialmente en el alumbrado ornamental y funcional de tres a seis metros de altura, a causa de la poca distancia existente entre la fuente de luz y el ojo. El problema radica en el alto valor de intensidad lumínica del LED con respecto a las tradicionales lámparas de descarga, lo que constituye a la vez una de las mayores ventajas y una de las principales trabas de los diodos emisores de luz. El reto, por tanto, consistía en hallar la manera de suavizar esta refulgencia sin afectar al rendimiento y la distribución fotométrica.
Basándose en una exhaustiva investigación y combinando varios fenómenos de física de la luz, entre los que se cuentan la reflexión especular y difusa, ATP ha conseguido aislar los aspectos que debían variarse para obtener el confort visual deseado. De este modo, la firma se ha vuelto a colocar a la vanguardia de la innovación con el desarrollo e implementación del Difusor Confort, que por primera vez en la historia del LED ha permitido obtener luminarias cómodas para el ojo manteniendo su excepcional rendimiento y eficiencia. En resumidas cuentas: todas las ventajas de la tecnología LED, sin su fallo más incómodo.
Una cuestión de salud ocular
Estudios recientes, como el publicado por la investigadora Celia Sánchez, del departamento de Optometría y Visión de la Universidad Complutense de Madrid, alertan sobre los daños oculares causados por los dispositivos LED. Sus análisis demuestran que la exposición prolongada a la luz emitida por dichas fuentes causa lesiones en las células retinianas. Sin embargo, la especialista se muestra partidaria del diodo siempre y cuando se incluya un filtro o protección que limite su componente de “luz azul” –la perjudicial para el ojo–.
En este sentido, ATP utiliza, en combinación con el Difusor Confort, módulos LED con una temperatura de color más baja, las cuales emiten un porcentaje sensiblemente inferior de radiaciones nocivas sin comprometer la eficiencia. La sinergia entre estos dos elementos –difusor y fuente de luz– garantizan, pues, una adecuada comodidad visual.
La historia se repite:
El deslumbramiento con las lámparas de vapor de sodio y halogenuros metálicos
El problema actual con el deslumbramiento ocasionado por el LED se produjo en su día con la implantación de las lámparas de descarga de alta intensidad: el rendimiento de las luminarias se disparó gracias al enorme paquete lumínico que exhibían, y con tal de lograr comodidad visual en instalaciones de baja altura se aplicaron numerosas técnicas a lo largo del tiempo.
En un primer momento se emplearon difusores de tipo opal que, aunque suavizaban la intensidad lumínica hasta hacerla agradable para el ojo, absorbían más del 30 % del rendimiento de la lámpara y no ofrecían control alguno sobre la dirección de la luz. Esto se traducía en un gasto energético desproporcionado para faroles de alturas medias y bajas, que deberían aportar una intensidad lumínica adecuada con un consumo muy inferior.
Más adelante se incorporaron los primeros reflectores, los cuales permitían dirigir los haces de luz. Sin embargo, su eficiencia no era óptima y tampoco limitaban lo suficiente el flujo al hemisferio superior (FHS), causante de la contaminación lumínica. Finalmente, el problema se resolvió con la integración de bloques ópticos adecuados para las instalaciones de baja altura, lo que aumentó el rendimiento de las luminarias y recortó el porcentaje de FHS.
Con la aparición del LED, que contaba con numerosas posibilidades en cuanto a vida útil y mayor facilidad para dirigir la luz emitida –gracias a sus múltiples diodos–, el problema vino también vinculado a la falta de confort. Y una vez más, después de constatar las dificultades planteadas por la nueva fuente de luz, ATP ha logrado desarrollar una solución que marcará el devenir del sector de la iluminación.
Difusor Confort. El LED que se puede mirar. El futuro ya está aquí.
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Julio Aparicio
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